La cosmológica de los egipcios, calderos y babilonios, imaginaban la estrella Polar, como extremo de un eje a cuyo alrededor, giran las constelaciones, alineada en la dirección de la galería que lleva a la cámara nupcial de la Gran Pirámide, la orientación de ésta y otras notables construcciones y diversos documentos, señalaron a las civilizaciones posteriores algo de los conocimientos de aquellos pueblos.
Los calendarios aztecas hablaron también de un saber cuya profundidad aun no entendemos. Los mayas, habitantes de la península de Yucatán y partes de las actuales Guatemala y Honduras, consiguieron un desarrollo extraordinario en astronomía. Es famoso su calendario, elaborado hace más de veinte siglos y que está basado en un profundo y eficaz estudio de los desplazamientos de la Luna y la Gran Estrella noh ek (Venus) respecto del Sol. El año maya difiere del actual en menos de cinco minutos, en tanto que el calendario romano, de la misma época, se equivoca en unos diez a once minutos al año.
SEBASTIAN FARIAS GALVAN
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